
Por Efrén IBARRA LEYVA
Raúl López Gámez, Médico Pediatra que recién ha instalado su consultorio en Avenida Obregón y Calle Primera, es un profesional de la salud que inspira confianza.
Su carrera la hizo en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y de ahí se trasladó a Hermosillo para hacer su especialidad en el Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES).
El proceso de admisión para hacer la especialidad de Pediatría no es algo sencillo. Cientos de médicos recién egresados hacen su examen para obtener uno de los pocos lugares disponibles. Una vez siendo aceptado (algo que Raúl logró a la primera oportunidad y con gran margen), se tiene qué demostrar la capacidad y la sensibilidad para atender a los seres más frágiles en temas de salud: los niños.
Raúl López cursó sin proble-mas este período y obtuvo su título de médico pediatra, que le fue otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reconocida internacionalmente como la de mayor prestigio en América Latina.
Pero eso no le pareció sufi-ciente a nuestro especialista en la salud de los niños. Raúl se sometió a duras pruebas para lograr la Certificación del Concejo Mexicano de Pediatría, una Asociación Civil que sólo recomienda a aquellos médicos que son considerados UNA GARANTÍA para el adecuado diagnóstico y manejo de las enfermedades infantiles.
Curso PALS
Raúl López también está acreditado con PLENA capacitación para la atención de emergencias pediátricas y para el manejo de niños GRAVEMENTE ENFERMOS, tanto en su consultorio como en hospitalización.
Esta certificación la obtuvo al aprobar el curso Pediatric Advanced Life Support (PALS), que imparte la American Heart Association.
Raúl López Gámez cursó su primaria en la Escuela Ford No. 94, cuando sus padres tenían su domicilio en las colonias Leyes de Reforma I y II; hizo la Secundaria en la Técnica No. 9, “Ricardo Flores Magón” y el bachillerato en el CBTIS No. 106, “Esteban Baca Calderón”.
Sus padres, María Antelma Gámez Arredondo (enfermera) y Raúl López Inzunza (Técnico en Atención Primaria a la Salud, TAPS), siempre le inculcaron el amor por la medicina y le compartieron el gusto y la satisfacción de aliviar el dolor de los demás.